martes, 24 de marzo de 2009

martes 24 de marzo

El martes pasado no escribí nada, estaba algo apurado por terminar de releer el Guardián entre el centeno. Este martes volví a retomar el Cuaderno dorado de Lessing como lectura de metro. El martes pasado revise con más detenimiento lo libros que guardan en la iglesia. ¡Tienen Lolita de Navokov! ¡El capital de Marx y La interpretación de los sueños de Froide! Estas monjitas deben ser jesuitas. El martes pasado vimos la conjugación de los verbos simples en presente y hoy tenía planeado ponerles un ejercicio para conjugar verbos de con unas laminas con dibujos. Llego al salón de clases y la monjía encargada de los cursos me estaba esperando para darme la lista de asistencia y comentarme que ya había unos que estaban avanzando mucho. Coincidí con ella, porque hay un par de hermanitas marroquís que ya entienden bastante bien, igual que una chinita y unos marroquís que quien sabe cómo siempre huelen a alcohol.

Esta vez no vinieron las hermanitas marroquís y realmente fueron pocos, un poco más de la mitad. Les pedí que formaran equipos. A cada equipo les di una lámina donde venían dibujos que representaban algún verbo. Les pedí que seleccionaran tres verbos y que lo conjugaran. Les puse el ejemplo de un verbo conjugado en el pisaron y les recordé lo que es la raíz de una palabra y que es la terminación. Un egipcio que se lleva mucho con las hermanitas marroquís entendió bastante rápido, al igual que una chinita. En general los marroquís están entendiendo bastante rápido el español. Los eslavos me di cuenta que están en la luna y los negritos africanos con trabajos saben escribir, es más con trabajo saben tomar la pluma o el lápiz. No pude aprovechar mucho este ejercicio porque nos comió el tiempo dos factores: 1) muchos llegaron tarde y les tenía que volver a explicar el ejercicio y 2) hubo unos que en una hora no pudieron escribir un solo verbo conjugado por ellos mismo. Por lo menos me sirvió esto para evaluarlos de a alguna forma, detectar quienes no saben ni escribir y quienes todavía no entienden como se conjugan los verbos en español. Sin embargo me da gusto que ya hay unos que han podido aprovechar bastante las clases y este ejercicio lo supieron hacer bastante rápido. Durante el ejercicio el egipcio me mostro una receta médica, no sabía que decía. En esta le decían que tenía lastimada la espalda, que los discos de su columna baja estaban mordiendo sus nervios. Le pregunte que si le dolía la espalda y me dijo que sí. Le dije que esa receta era para que la llevara al trabajo para que le dieran tiempo para que su espalda se recuperara. No soy médico pero lo que leí de la receta me da la impresión de que el pobre ya no podrá trabajar en trabajos que demanden mucho esfuerzo físico. Haber como le van. Es de los que me caen bien.

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