martes, 28 de abril de 2009

lunes 27 de abril

Lo que uno se lo da, se lo da; lo que uno se lo quita, se lo quita: me lo dijo un chileno greñudo fan de Jodorowski. En México trate con muchos como él, enfrascados en una retorica metafísica y meta espiritual que más o menos es interesante cuando tiene complejo de Paulo Cohelo y de ser intelectual de medio pelo, pero cuando se trata de poner las cartas sobre la mesa y de construir un discurso bien fundamentado, toda esa perorata se queda en el vomito de un borracho en un nitbus. Esta vez empecé con el nitbus que tomé en la madrugada porque me he dado cuenta que siempre empiezo con el camino en metro, pero esta vez el camino comenzó de madrugada cuando regresaba a mi piso, un poco con la cabeza llena de tonterías sobre cómo conseguir un compañero de piso que sustituya a la Chochito. Otra vez volví a dar clases en lunes porque Thelma me lo volvió a pedir que la sustituyera. No sabía bien que improvisar. Pero tenía ganas de hacer algún ejercicio de comunicación. Les pedí que se digieran entre ellos como ir a su casa. Unos que habían dejado de ir no pueden hablar bien, pero otros que han estado siendo constantes ya pueden perfectamente hacer este ejercicio. Si pudieran ser más constantes el avance sería mejor. Con los que fueron ayer, la mitad es como si fueran nuevos por esta falta de constancia y hacen que cuando creo que ya se puede hacer un ejercicio más complicado, de mayor nivel, mis planes se vean frustrado. Tal vez por esto no le veo mucho chiste planear una clase y mejor las improviso. Porque estos alumnos son como los chocolates de las cajas de chocolates de las que habla Forest Gump… “you never know what you are gone have”

miércoles, 22 de abril de 2009

martes 21 de abril

Hoy me acompaño la Barabara para Santa Coloma. En el camino íbamos con el mero chisme de la Chochito, de sus aventuras con sus novios, de lo inútil que es, de lo floja, de lo falsa… definitivamente la mujer Mexicana queda muy mal representada con la Chochito esta. En la clase vimos como llenar formas con datos personales. Hacer diferencia entre nombre y apellido, dar escribir y dar la dirección, aplicar lo que ya saben en algo práctico a lo que se van a enfrentar. Antes de empezar la clase vi a Pilar y me avisaba que ya tenía planeadas mis entrevistas con los primeros profesores voluntarios para mi trabajo de tesis.

Durante la clase nadie se vio cohibido por la Barbara. Al contrario los marroquís anduvieron bien graciositos. Ya hay unos que hablan mucho. No les para la boca y son bien chistosos. Otros están ayudando mucho a los otros a aprender, bromean entre ellos en español y se preguntan cosas que en sus lenguas de origen no se entienden, empiezan a usar el español como lengua franca en el salón de clase. Otro de los logros fue que la María pasara al pisaron a escribir. Bajo la escusa de que no sabía escribir la señora nunca pasaba y participaba, pero desde que empecé a ponerles tareas comunicativas he observado que la señora se ha vuelto un poco más participativa al punto de que esta vez pude entrevistarla, hacerle preguntas simples que pudo contestar perfectamente. Creo que eso fue el máximo logro de la semana, hacer quela María escribiera su número de móvil y lo digiera en voz alta. Lo que me pareció raro fue que la chinita, que antes era bien participativa esta clase se mantuvo algo retraída como si no quisiera participar para no dar datos de ella. En ese sentido creo que las diferencias culturales son amplias entre ella y los marroquís que no pueden dejar de hablar de ellos. Curioso, los chinos se sienten más seguros escribiendo y los marroquís se sienten estimulados cuando los pones a hablar de ellos.

martes, 21 de abril de 2009

lunes 20 de abril

Thelma me hablo para pedirme que la supliera el día de hoy. Cuando me hablo estaba en el bar de la universidad con Gabriel, el chico brasileño con quien llevo la clase de catalán y está a punto de mudarse conmigo a mi piso cuando la Chochito se regrese a FECAL-andia (el México de los corruptos y CONACYT, de las universidades patito y los becarios mongolos que se vienen a Europa a tener sus 6 meses para creerse ricos dejando impuestos de mexicanitos en los bares pasados de moda y comprando bestsellers como si fuera bibliografía científica). El tío me cae bien. Cuando iba en el metro me lleve el “Mono gramático” de Ocatvio Paz. Pensaba en que iba improvisar en la clase, mientras leía: “Aquí se han juntado los planetas que, consumida su provisión de méritos, caen del firmamento” y me daba cuenta que Barcelona es también esa combinación de planetas, de mundos posibles y de lenguajes posibles de esos mundos que deambulan entre los pasillos de la estación de Catalunya.

En la clase les propongo que en parejas practiquen como realizarían una compra o una venta de frutas, o de cualquier cosa. Les cuesta algo de trabajo, pero algunos ya son capaces de defenderse en las calles, de hacer compras, incluso de trabajar vendiendo. Casi al final uno me pidió si podíamos practicar una entrevista de migración. Con eso me die cuenta que esta clase la vieron útil y que necesitan más clases en las cuales se les deje una tarea comunicativa. Mañana practicaremos una entrevista de migración para que aprendan a dar sus datos personales en español.

Por otra parte durante la clase, cuando Ahmed pasó al pisaron y discutía con Ali sobre algo que escribirá, escribió algo en árabe. Me pareció increíble la destreza y la rapidez con la que escribió de derecha a izquierda, tanto que me pareció muy difícil de hacer. Entonces imagine aprendiendo a escribir en árabe y tal vez entendí un poco porque les cuesta tanto la escritura occidental, porque parece que vuelven a aprender a escribir. Cada tipo de escritura es una forma de reconstruir el mundo como un mono gramático.

miércoles, 15 de abril de 2009

martes 14 de abril

Termine de leer “No country for old men” en la ruta del exilio después de haber visitado la tumba de Machado y haberle leído un poema de Pere Quart “Confidencias a Antonio Machado”. Días antes había tenido mi reunión con mi tutora de tesis. En esta reunión habíamos cambiado el tema. Bueno realmente lo cambie yo un día antes cuando tuve mi reunión con los maestros voluntarios de la fundación de Integramanet. En ese momento me pareció interesante poder saber más del impacto social de estas clases de casteñano, como a través de estas se van creando lasos entre mundos tan diversos y cómo, tal vez, etas pueden ser la mejor manera de integrar a una sociedad los inmigrantes de culturas tan lejanas. En el metro, camino a la clase leo de nuevo a la Lessing, pero pienso en la clase que voy a dar. Planeo mientras leo que voy a ponerlos a hacer una tarea comunicativa de hacer una compara de frutas para que los marroquís se luzcan hablando; pero como siempre mi mejor herramienta es la improvisación. Cuando llego Rachida (nota ya me sé algunos de sus nombres) y le pregunte con quien vivía, con que familiares. Ella me contaba que tenía hijos pero no estaba casada y le pregunte si había tenido un esposo y me dijo que no. Entonces empecé a notar que no sabía bien cómo explicar la relación que ella tenía con el padre de su hijo. Decidí dedicar la clase a hacer arboles genealógicos. Haciendo los arboles genealógicos me di cuenta que el padre de la Rachida es el padre de su hijo, al igual que el de la María Ibussain (si, el metiche de yo se quiso enterar del árbol genealógico de todas sus alumnas, en especial de las guapas) y que a ellas les parecía lo más normal. Cuando les dije que esos tipos de relaciones familiares no se podían dar en España y en Europa ellos se impresionaron. También supieron que las relaciones entre hermanos no se pueden dar en este mundo. Y cuando me preguntaron cómo se nombran este tipo de relaciones familiares en español, les dije que no tenían nombre porque en este lado del mundo y de ver la vida ese tipo de relaciones familiares no pueden existir, no son permitidas y si se dan se niegan. ¿Lingüísticamente parece que nosotros somos más cerrados en algo?

En el metro de regreso me tope con uno de los georgianos que va a clases. Me saludo pero se acomodo lejos de mí. Al dejar el metro se despidió. Algo contento, como si se sintiera orgullosos de poder decir “hola” y “adiós” en lugares públicos sin miedo a hacer el ridículo.

miércoles, 1 de abril de 2009

1 de Abril

Cambie de lectura para mis viajes en metro a Santa Coloma. Deje en stand by a la Lessing y empecé a leer a Cormac McCarney con una novela que se llama “No es país para viejos”. Vi el libro en la biblioteca de Montabu. Me llamo la atención porque trata sobre la violencia en la frontera de México y USA, del lado estadounidense. Durante el trayecto leía un monologo del sheriff Bell donde expresaba lo impresionado que esta de la escalada de violencia en la frontera, la violencia del narco, la de los americanos contra los beaners, la violencia de la desigualdad. Del metro a la fundación tengo que caminar en medio de la lluvia. Pienso en que habrá poco alumnos. Me topo con la monjita que organisa las clases, me recuerda la junta que habrá mañana y me dice que tendremos unas vacaciones de semana Santa. En la fundación hablo con Thelma y me pregunta sobre cómo están las cosas en mi piso. Le anda buscando piso a unos amigos de ella que tienen una bebe y el tipo no tiene papeles y no puede pagar un piso muy caro. Por mi no hay problemas compartir piso con ellos, pero también comparto piso con otras personas.
Como supuse llegan pocas personas por la lluvia. Tengo un nuevo alumno chino. Cuando le pregunte de donde era no sabía que responder, con un mapa le pregunte si era de China. El me dijo que no. Le pedí que señalara de donde es y señalo china. Le dije que entonces era chino y lo volvió a negar. Me dijo otra cosa que no entendí. Le pregunte que su ciudad era de china y me dijo que sí. Entonces supuse que confundía la ciudad con el país. Y como que puse en claro que es chino… pero no estoy seguro, para él debo hablar en mexicano. En la clase volvimos a ver cómo conjugar los verbos. La clase pasada me di cuenta que no sabían conjugar, hoy aproveche que eran pocos para poner bien en claro como se conjugan los verbos; también aproveche para conocer más de cerca a aquellos que se ocultaban entre algunos que faltaron. En especial un par de georgianos que casi siempre se quedaban callados y por eso la monja creía que no sabían escribir. Los hice pasar varias veces al pisaron y si sabían escribir. Al final como repaso vimos algo de vocabulario de frutas y verduras. Había verduras que en México tienen otros nombres y batalle un poco en decirles como se llamaban. Al final los georgianos se detuvieron frente a un mapa y el más grande me dijo: Nosotros somos de aquí, antes herramos de URSS pero ahora ya no. Antes no habían querido compartir nada de ellos, solo estaban como agentes pasivos. Quiso decir algo más pero me dijo: después digo más… ahora no sé. Fue grato saber que por fin se están abriendo y quieren hablar de sus país de origen. Eso fue lo mejor, y su sonrisa nostálgica al ver la geografía de su país me pareció hasta enternecedora.