miércoles, 22 de abril de 2009

martes 21 de abril

Hoy me acompaño la Barabara para Santa Coloma. En el camino íbamos con el mero chisme de la Chochito, de sus aventuras con sus novios, de lo inútil que es, de lo floja, de lo falsa… definitivamente la mujer Mexicana queda muy mal representada con la Chochito esta. En la clase vimos como llenar formas con datos personales. Hacer diferencia entre nombre y apellido, dar escribir y dar la dirección, aplicar lo que ya saben en algo práctico a lo que se van a enfrentar. Antes de empezar la clase vi a Pilar y me avisaba que ya tenía planeadas mis entrevistas con los primeros profesores voluntarios para mi trabajo de tesis.

Durante la clase nadie se vio cohibido por la Barbara. Al contrario los marroquís anduvieron bien graciositos. Ya hay unos que hablan mucho. No les para la boca y son bien chistosos. Otros están ayudando mucho a los otros a aprender, bromean entre ellos en español y se preguntan cosas que en sus lenguas de origen no se entienden, empiezan a usar el español como lengua franca en el salón de clase. Otro de los logros fue que la María pasara al pisaron a escribir. Bajo la escusa de que no sabía escribir la señora nunca pasaba y participaba, pero desde que empecé a ponerles tareas comunicativas he observado que la señora se ha vuelto un poco más participativa al punto de que esta vez pude entrevistarla, hacerle preguntas simples que pudo contestar perfectamente. Creo que eso fue el máximo logro de la semana, hacer quela María escribiera su número de móvil y lo digiera en voz alta. Lo que me pareció raro fue que la chinita, que antes era bien participativa esta clase se mantuvo algo retraída como si no quisiera participar para no dar datos de ella. En ese sentido creo que las diferencias culturales son amplias entre ella y los marroquís que no pueden dejar de hablar de ellos. Curioso, los chinos se sienten más seguros escribiendo y los marroquís se sienten estimulados cuando los pones a hablar de ellos.

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